lunes, 20 de diciembre de 2010

AMORES CLANDESTINOS

"Hace mucho, mucho tiempo, en algún lugar del sur de los Estados Unidos, un rústico limonero se enamoró perdidamente de una preciosa planta de jazmín..."


El inusual romance tiene que haber sido verdadero, ¿cómo explicar, si no, el increíble aroma copulativo de jazmín alimonado de las flores de la magnolia?
Esta especie perennifolia, Magnolia grandiflora, de la familia de las Magnoliáceas, originaria del sur de E.E.U.U., tiene un gran porte, pudiendo llegar a los 30m. de altura. La copa es extendida, globosa o algo piramidal, muy tupida. El tronco es recto, está cubierto por una corteza color castaño, escamada y con hendiduras poco profundas. Las hojas son hermosas: simples, coriáceas, color verde oscuro brillante, elípticas, con nervadura central muy marcada, borde entero y ápice agudo. Se van renovando periódicamente, como en todos los árboles perennifolios, y vale la pena buscarlas cuando caen, porque es bellísima la gama de tonos que exhiben, entre el ocre y el rojizo.
¿Qué decir de las flores? Son enormes, de color blanco cremoso, solitarias, con corolas de seis pétalos libres y cóncavos, gruesos, aterciopelados, con cálices de tres sépalos, y centros con numerosos estambres. Es realmente notable su fragancia. Al secarse, los pétalos adquieren un tono marrón habano y una textura de terciopelo, que casi nos obligan a preservarlos entre las páginas de algún libro.
El fruto es cónico, de 6-12 cm. de largo; contiene semillas comprimidas, rojas, lisas y brillantes, aptas para ser sembradas en almácigos apenas recogidas, porque no conservan por mucho tiempo su poder germinativo.
En todas las plazas y los paseos de Bs. As. podemos ver estos bellos árboles, algunos muy longevos, ornamentando edificios tradicionales y antiguos palacios de la ciudad.
En el parque Rivadavia, es imperdible caminar por la "avenida de las magnolias", un sendero creado especialmente para el lucimiento de esta especie con muchos ejemplares dispuestos en hileras, y que habla a las claras del espíritu sensible que vibra en el barrio de Caballito.





Escaneo de pétalos secos
 



Fruto y semillas
                                    

martes, 7 de diciembre de 2010

AROMA DE TILOS


El título de esta publicación es la síntesis perfecta para describir la sensación que invade el aire de Bs. As. y de tantas otras ciudades del país ¡Los tilos están en flor, verdes, frescos, fragantes! Este es el momento ideal, por ejemplo, para visitar la ciudad de La Plata, conocida como "la ciudad de las diagonales y los tilos": es la especie más utilizada en el arbolado urbano y en sus espléndidas plazas.
Tilia viridis Simonk, subespecie x moltkei, comunmente llamado tilo o tila, de la familia de las Tiliáceas, es un bello árbol caducifolio de hasta 15-20m. de altura, de tronco recto y ramas extendidas que forman una copa ancha, globosa, casi siempre cónica en los primeros años. La corteza es oscura, grisácea y algo rugosa; las hojas, hermosas, alternas, simples, aovadas, largamente pecioladas, terminadas en una punta bien visible y borde aserrado, verdes y brillantes en la parte superior y grisáceas en la inferior. Las flores muy perfumadas, amarillentas, se disponen en cimas de 6-12 flores pedunculadas, protegidas por una bráctea verdosa (hoja modificada). Los frutos son pequeñas cápsulas secas, redondeadas, indehiscentes. Contienen semillas que rara vez son fértiles, ya que el tilo es un híbrido originado bajo cultivo, en Europa. Por eso, la multiplicación se realiza por injertos, acodos y retoños basales.
La medicina popular utiliza las flores en infusiones calmantes, sedativas, digestivas y febrífugas.
Particularmente, creo que permanecer bajo un tilo florecido y respirar su esencia es suficiente para calmar las tensiones de cualquier mortal...




Hoja natural



Bráctea y flores