Alcanza los 8-10m de altura; posee ramas péndulas, arqueadas, con presencia de aguijones cónicos; su copa es irregular, abierta o globosa; la corteza es grisácea, lisa o ligeramente agrietada.
El follaje, caducifolio, es realmente llamativo: las hojas son simples, alternas, con largos pecíolos, bilobuladas, subcoriáceas, lisas, de color verde claro y borde entero; como el nombre vulgar lo indica, tienen la forma y el tamaño de una pisada de ganado bovino. Esta característica permite identificar al árbol, sin lugar a dudas.
En medicina popular, la infusión de sus hojas se utiliza para mejorar diversas afecciones.
La generosa floración se produce a finales de la primavera y continúa durante el verano. Las flores son grandes, blancas, dialipétalas (tienen los pétalos libres, no soldados entre sí) y desde el centro surge un conjunto de 10 estambres fértiles, que sigue una curva ascendente. Se disponen en racimos cortamente pedunculados, fuera de las axilas.
Fructifica entre febrero y abril.
El fruto es una legumbre coriácea, de color castaño, lisa, péndula, dehiscente, de 10-20cm de largo, que perdura en las ramas hasta julio; las semillas son ovoides y negras.
La polinización es entomófila y la diseminación se produce en forma espontánea, por la dehiscencia de las vainas.
Sus raíces son gemíferas y rebrotan alrededor de la planta madre.
Crece fácilmente en regiones cálidas o templadas, y no tolera las heladas.
Se utiliza en el arbolado urbano y es de crecimiento medianamente rápido.
Este bellísimo árbol nativo merece ser valorado como ornamental, para plazas y paseos públicos, por lo vistoso de su follaje y sus increíbles flores, semejantes a orquídeas.