Es el momento en que florecen los naranjos amargos (Citrus auranium), árbol de la familia de las rutáceas, de copa regular y redondeada, tronco recto y corto; tiene hojas persistentes, coriáceas, de color verde oscuro brillante, de las que se obtienen aceites esenciales. Las bellísimas flores, llamadas azahares, son blancas, muy perfumadas y se presentan en racimos. El fruto es amargo, pero es muy jugoso y carnoso, ideal para preparar exquisitos dulces y mermeladas. La cáscara también proporciona aceites esenciales.
Esta etapa de la floración, es una excelente oportunidad para pasear por la Av. Beiró, arbolada con esta especie a la altura de Villa Devoto, y disfrutar de ese aroma inconfundible.
También las calles de San Isidro están colmadas de estos fragantes y vistosos arbolitos.
Buscarlos es algo que siempre vale la pena.
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