viernes, 29 de octubre de 2010

ALGO PERSONAL

Cuando iba a editar editar mi libro, tenía que decidir, con la diseñadora gráfica, cómo serían las imágenes de la tapa y contratapa.
Estaba claro que quería algo relacionado con los árboles, pero ¿cómo elegir?
Estábamos a mediados de Noviembre.
Por todos lados, las copas liláceas me arrojaban pétalos y tapizaban el sendero, a mi paso. Levanté la vista, y supe qué hacer.

EL JACARANDÁ CONVOCA A NOVIEMBRE

Desde el s. XlX, Jacaranda mimosifolia, de la familia de las Bignoniáceas, conocido simplemente como jacarandá, es el árbol más elegido de la flora originaria argentina, junto a la tipa y el palo borracho, para forestar nuestros paseos, avenidas, parques y casas de campo.
Este hecho tiene doble mérito: embellecer y purificar el ambiente en que viven, como todos sus congéneres, y, por tratarse de una planta autóctona que crece en la selva de las yungas del NOA, aportar una muestra del patrimonio vegetal de ese ecosistema,  brindándonos  la oportunidad invalorable de tener contacto diario con la historia natural de nuestro suelo.
Otra ventaja es que los árboles nativos son capaces de "cuidarse solos", porque están preparados para las condiciones climáticas de la región, necesitando, simplemente, que se preste atención a su estado sanitario, como cualquier ser vivo.
El jacarandá es un árbol de gran porte, de copa con forma de parasol; las hojas, de 40-60 cm. de largo, incluído el pecíolo, son realmente bonitas, finamente pinnadas,gráciles, como enormes helechos, tardíamente caducas: entre Agosto y Septiembre.
¡Y las flores!, las bellísimas flores azul-liláceas, de inconfundibles corolas onduladas, acampanadas, dispuestas en incontables racimos, que colman las ramas desnudas.
¿Sabían que, en la mayoría de los ejemplares, hay una segunda floración? Se produce en Febrero-Marzo, es de menor densidad que la de primavera, sucede cuando ya la foliación está completa y las grandes hojas intentan ocultarnos su tesoro, pero ahora que lo sabemos, no lo lograrán.
El fruto es una preciosa cápsula leñosa, plana, ondulada en los bordes, de color castaño en su madurez, de 6-8 cm.de largo y 5-6 cm de ancho, que contiene numerosas semillas, muy buscada por los artesanos para realizar  piezas artísticas.
El jacarandá es un árbol amado por todos, su floración despierta admiración, por eso celebramos el momento de la lluvia de pétalos azul-liláceos y caminamos con placer sobre la más delicada alfombra de Noviembre.

                                                 

Flor natural, escaneada por mí


sábado, 23 de octubre de 2010

MES DE LAS ROSAS

Estuve recorriendo los bosques de Palermo, en Buenos Aires, y pude disfrutar de la lluvia de pétalos rosados de los lapachos y la bella floración de los eucaliptos. También está florecido el guarán, Tecoma stans, familia de las Bignoniáceas, la misma del jacarandá. 

Es fácil distinguir un guarán, por sus flores amarillas, acampanadas, con cinco grandes pliegues de bordes ondulados, dispuestas en densas inflorescencias, muy vistosas.. El follaje es abundante y decorativo.
 Me sorprendíó gratamente ver que cada vez son más las personas que reparan en nuestros amados "gigantes". 





Pero en este mes, las reinas de Palermo son las rosas; es muy emocionante verlas así, en esa cantidad increíble de individuos y variedades, de pie alto, bajo, trepadoras, bicolores, floribundas, perfumadas; es un espectáculo que no podemos  pasar por alto. Hay otra rosaleda, igualmente bella y llamativa, en el Puerto Madero, de Buenos Aires y otra en el parque Chacabuco, ambas en CABA.
                                                     
                                                                                                                                                             

lunes, 11 de octubre de 2010

DE ORIENTE, CON SABOR.

No es difícil distinguirlo, sobre todo en este mes, en que madura su fruto comestible: me refiero al níspero (Eriobotrya Japónica), árbol perennifolio de ramas tortuosas, perteneciente a la familia de las Rosáceas, de escasa altura, hojas grandes, elípticas, coriáceas, de bordes dentados y nervaduras muy marcadas, realmente bonitas. Las flores son bellísimas, muy perfumadas, pero ese es otro tema: les prometo que se los mostraré,  en todos sus detalles, cuando llegue el momento, el invierno próximo. Ahora, la estrella es el fruto: es una baya ovoide, con pericarpio liso, de un adorable color amarillo- anaranjado y  pulpa jugosa agridulce, que contiene en su interior 2-varias semillas castañas y lustrosas. Su temprana y abundante producción de frutos, en plena primavera, es muy apreciada, ya que pueden consumirse frescos o elaborar con ellos riquísimos dulces o mermeladas. También forman parte de la dieta de las aves, las que contribuyen a dispersar su germen. Ver un níspero colmado de frutos maduros, es algo digno de ser tenido en cuenta. ¡ No se lo pierdan ! Mi amiga Lulu ya está plantando las semillas.