miércoles, 21 de noviembre de 2012

UN NOMBRE MUY ACERTADO

Los nombres vulgares del reino vegetal se mantienen en las tradiciones orales, más que nada, por su funcionalidad.


El árbol que hoy nos ocupa, Bauhinia forficata, de la familia de las Fabáceas, se conoce comúnmente como pezuña de vaca, pata de vaca, pata de buey, falsa caoba, pata de toro y algunos más. Es originario del sur de Brasil, Paraguay, n.o. de Uruguay y n.e. de Argentina.




Alcanza los 8-10m de altura; posee ramas péndulas, arqueadas, con presencia de aguijones cónicos; su copa es irregular, abierta o globosa; la corteza es grisácea, lisa o ligeramente agrietada.
El follaje, caducifolio, es realmente llamativo: las hojas son simples, alternas, con largos pecíolos, bilobuladas, subcoriáceas, lisas, de color verde claro y borde entero; como el nombre vulgar lo indica, tienen la forma y el tamaño de una pisada de ganado bovino. Esta característica permite identificar al árbol, sin lugar a dudas.
En medicina popular, la infusión de sus hojas se utiliza para mejorar diversas afecciones.                                


La generosa floración  se produce a finales de la primavera y continúa durante el verano. Las flores son grandes, blancas, dialipétalas (tienen los pétalos libres, no soldados entre sí) y desde el centro surge un conjunto de 10 estambres fértiles, que sigue una curva ascendente. Se disponen en racimos cortamente pedunculados, fuera de las axilas.












Fructifica entre febrero y abril. 
El fruto es una legumbre coriácea, de color castaño, lisa, péndula, dehiscente, de 10-20cm de largo, que perdura en las ramas hasta julio; las semillas son ovoides y negras.
La polinización es entomófila y la diseminación se produce en forma espontánea, por la dehiscencia de las vainas.
Sus raíces son gemíferas y rebrotan alrededor de la planta madre.
Crece fácilmente en regiones cálidas o templadas, y no tolera las heladas.
Se utiliza en el arbolado urbano y es de crecimiento medianamente rápido.

Este bellísimo árbol nativo merece ser valorado como ornamental, para plazas y paseos públicos, por lo vistoso de su follaje y sus increíbles flores, semejantes a orquídeas.