miércoles, 4 de septiembre de 2013

ÁRBOL CON NOMBRE MUSICAL

¡Es verdad! La palabra "tamarindo" podría ser el nombre de un ritmo alegre y caribeño; pero no es así:

El Tamarindo (Tamarindus indica L.), es un árbol nativo de las sabanas secas del África Tropical. Se explota intensivamente en la India, también en México, Puerto Rico, Costa Rica, Cuba, Perú, aunque en menor escala. Actualmente, existe en todos los países tropicales de América.

Es una especie importante por sus usos tan variados (alimenticio, medicinal, agroindustrial); se utilizan todas sus partes: raíces, hojas,  tronco, flores (producen miel de alta calidad), frutos y semillas. Actualmente, tiene gran demanda en el mercado internacional. De su tronco se obtiene madera resistente a las termitas.  
 

Familia: Fabáceas (antes, leguminosas)

Género: Tamarindus

Especie: indica (es la única especie de este género)
 
 
 

Árbol de unos 15-20 m. de altura, su fronda es extendida, vistosa y  abierta, con un tronco que puede alcanzar 1.5 m. de diámetro, de corteza áspera y parduzca.

Hojas: compuestas, paripinnadas,  entre 10 y 20 pares de foliolos oblongos, de borde entero,  fácilmente caedizos y carentes de folíolo terminal.
 
 

Inflorescencia: en pequeños racimos, pecíolos delgados, flores perfectas, amarillas, con cinco sépalos libres, cinco pétalos libres, tubo del cáliz turbinado con cuatro segmentos imbricados, tres estambres, estilo largo con su estigma terminal. También presenta flores individuales.

 
 
 
Fruto: legumbre curvada, no demasiado comprimida, indehiscente, de 8 a 15 cm. de largo y 2cm. de ancho, de color café, que contiene entre 2 y 10 semillas orbiculares, brillantes, duras, marrones, tabicadas entre sí. La maduración de la baya se produce 10 meses después de la floración. A medida que madura, produce en su interior una pulpa jugosa, que también se aprovecha.
  Los frutos se recolectan con tijera ya que los  pedúnculos que  los sostienen son muy cerosos y no pueden ser quebrados fácilmente sin dañar la fruta.
 

martes, 12 de febrero de 2013

¡LOS AMIGOS NOS NECESITAN!



En un proyecto urbano absolutamente cuestionable por el "altísimo costo" que significa la pérdida de 300 árboles centenarios que pueblan la avenida 9 de Julio, en Bs. As., el gobierno de la ciudad, está llevando a cabo el traslado de enormes ejemplares de Chorisia speciosa (samohú) y Chorisia glaziovii (yuchán), nuestros amados palos borrachos,  además de palmeras y jacarandás, porque pueblan las plazoletas centrales por las que ellos quieren que circulen algunos medios de transporte.
Duele el alma! Los árboles, como cualquier otro ser vivo, tienen unos requerimientos biológicos mínimos, umbrales a partir de los cuales su sistema deja de ser viable. El crecimiento tan longevo de los
árboles y su funcionamiento, de acuerdo a las características de su entorno concreto, hacen de ellos seres especialmente sensibles a las modificaciones en su habitat, cuanto más viejo es el árbol, mayor adaptación y dependencia tiene con su entorno, y por tanto más graves son las alteraciones que puede sufrir, si este cambia sus características.
El valor de los árboles, su dignidad y expectativas, hace que siempre nos debamos plantear la posibilidad de mantenerlos en su sitio. La conservación de los árboles en su lugar deben ser prioridad, aún más que el "supuesto" progreso.
Además de opinar por amor a los árboles, consulté mucho y cito la fuente que más datos me aportó acerca del tema . (Fuente: TRASPLANTE DE ÁRBOLES SINGULARES MEDIANTE EL SISTEMA TRANSPLAT ® Gerard Passola.).
Lejos estamos de ser una ciudad, una jurisdicción, un país, que hace las cosas "a conciencia", a juzgar por los resultados, sobre todo los que tienen que ver con el medio ambiente y el desarrollo sustentable de los recursos naturales. Ríos contaninados, humedales privatizados, bosques arrasados por la desidia y la ambición desmedida de funcionarios que "no funcionan". ¿Y ahora esto? El verano porteño bajo el manto rosado y blanco de nuestro Palos borrachos quedará sólo en la memoria de quienes los amamos.Tristeza total, pérdida irreparable, un horror.
Ayer estuve en una manifestación espontánea de vecinos que, como yo, trataban de impedir esta locura.
Pero la maquinaria destructiva siempre marcha delante nuestro. Si las otras jurisdicciones opinaran, si dejaran todos de pensar "esto no es de mi incumbencia" "esto no me corresponde". La patria es de todos, la incumbencia y la sensibilidad ante tanta pérdida, debieran serlo también.