lunes, 31 de enero de 2011

EPITAFIO PARA UN ÁRBOL...

Tan desatentas fueron las miradas, que no alcanzó ningún hombre en este mundo a enumerar mis hojas y mis cantos.



Mi ausencia ahora ocupa mucho espacio, un vuelo incesante de aves marca el lugar donde falto, que se agranda.




Silvina Ocampo, argentina, 1903-1994.




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